Este proyecto nació como una ayuda para las familias que buscan crecer en la fe de Jesús. Cada semana se compartirá una ficha de trabajo para profundizar en casa (Equipo de redacción de Pastoral en zapatillas).

Pastoral nos habla de llevar a la persona al encuentro con Dios. En esta serie de entradas os ofrecemos unos recursos sencillos para vivir la Pastoral en familia… La familia es la escuela de la vida por excelencia. En la familia aprendemos las cosas que son importantes. En casa aprendemos a mirar y a interpretar lo que sucede a nuestro alrededor, aprendemos a querernos y a cuidarnos unos a otros. Así, la vida en familia es, pues, un taller práctico sobre el amor.

Las familias cristianas desean crecer en su vida espiritual viviendo el Evangelio todos los días como medio más eficaz de transmitir la fe a los hijos. Aprendemos viviendo, educamos viviendo. La fe también se aprende porque, aunque es un regalo de Dios, se vehicula a través de las personas que tenemos alrededor, especialmente de las que nos quieren.

La fe se inicia, se estimula, se muestra, se explica, se experimenta… ¿Dónde? En las relaciones humanas. El hogar familiar es un lugar privilegiado para ello. La familia no es la única fuente de amor ni de aprendizaje, pero sí una de las piezas más esenciales de nuestra vida. Dios también llega a las personas que no han tenido una familia cristiana donde crecer. La fe se transmite cuando acogemos a alguien aunque no sea de nuestra familia. Por eso decimos que los cristianos formamos una gran familia en la Iglesia.

Poner en práctica una pastoral familiar en casa es un compromiso difícil para los padres. No es fácil educar, y menos en nuestro contexto sociocultural, que no invita a tener «disponible la fe» para una lectura evangélica de la realidad. El impacto de los materiales multimedia y la conexión casi permanente a todo lo online (internet, móvil, etc.) nos distraen frecuentemente, superando con creces el impacto de cualquier mensaje eclesial. Nos han robado el silencio y la tranquilidad necesarios para la reflexión, y no digamos para la oración. El ritmo acelerado de la vida laboral, sobre todo en las grandes ciudades, afecta sin duda a la vida familiar.

La pastoral familiar es una preocupación expresada por el papa Francisco en las exhortaciones apostólicas La alegría del Evangelio (2013) y La alegría del amor (2016), fruto ésta del último Sínodo sobre la familia. El Papa hace un llamamiento para que la familia sea una prioridad en los planes pastorales de diócesis y parroquias.

Este proyecto sólo quiere ser una ayuda para las familias que buscan crecer en la fe de Jesús. Está dirigido especialmente a quienes no quieren delegar la educación de sus hijos, es decir, a aquellos padres y madres (o tutores) que quieren profundizar personalmente en su fe y compartirla con sus niños y adolescentes. También, por supuesto, está dirigido a los abuelos que conviven en la misma casa.