El 2017 finalizó y, como siempre en estas fechas, es momento para hacerse propósitos de año nuevo. Es tradición salesiana que el Rector Mayor regale a toda la Familia Salesiana el Aguinaldo para el año que comienza, que es una forma de marcarse un objetivo anual. En esta ocasión propone: “Jesús, dame de esa agua”. Cultivemos el arte de escuchar y acompañar.
El propio D. Ángel Fernández Artime presentó el Aguinaldo 2018, como en anteriores ocasiones, en la Casa Generalicia de las Salesianas en Roma. Y lo primero que evidenció fue que la Congregación sigue el ritmo de la Iglesia. Si el año pasado la mirada estaba puesta en la familia, esta vez el Aguinaldo apunta al próximo Sínodo sobre los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional, que se celebrará en octubre de este año.
“Más importante que ofrecer cosas y actividades a los adolescentes y jóvenes, y a sus familias, es ofrecerles nuestra presencia, escucha y diálogo”, señala el Rector Mayor al inicio del comentario sobre el Aguinaldo 2018. Una visión atinada si se tiene en cuenta que los jóvenes reclaman a la Iglesia ser escuchados, según los datos de una encuesta para el Sínodo recogidos por la Conferencia Episcopal Española recientemente.
La forma de hacer este objetivo realidad nace de ese sugerente pasaje del Evangelio en el que Jesús y una samaritana se encuentran junto a un pozo. Es “un encuentro que no deja indiferente”, ya que quedan de lado las diferencias y los prejuicios. El Rector Mayor subraya la capacidad de escucha de Jesús, que se basa en abrirse al otro, prestarle atención, sentir empatía, mostrarse cercano… “Como experto en humanidad, se muestra atento e interesado en la interioridad de sus interlocutores, lee en sus corazones y sabe interpretar”, señala D. Ángel, que recuerda que esta actitud está presente también en Don Bosco al tratar con sus muchachos.
El encuentro de Jesús con la samaritana es también “un encuentro que lanza hacia adelante”, según el Rector Mayor: “También hoy el Señor, como en su día con la samaritana, despierta fascinación en muchísimos jóvenes y tal atracción tiene mucho que ver con la fe y con la llamada que Dios hace a cada uno de sus hijos e hijas a vivir la vida como vocación a la alegría del amor”. Fruto del diálogo, se abre el camino al “don del discernimiento”. En esta cuestión, D. Ángel recuerda los tres criterios que el Papa Francisco sugiere en ‘Evangelii Gaudium’ para un correcto discernimiento: reconocer, interpretar y elegir.
El encuentro junto al pozo termina con la samaritana reconociendo al Señor, rebosante de gozo y anunciando la Buena Noticia. Es un encuentro que trasforma vidas. D. Ángel hace referencia al acompañamiento “para ayudar a descubrir cómo Dios se manifiesta en lo que vivimos hasta sorprendernos encontrados por Él; sabiendo que la iniciativa siempre será de Dios y la libertad y la responsabilidad serán nuestras”. El Rector Mayor concreta la misión de acompañar en salir al encuentro, escuchar, mediar por el Espíritu Santo y ser su testigo ante la persona acompañada.
El X Sucesor de Don Bosco asegura que es “tiempo favorable” para “cultivar una cultura vocacional en un intenso clima espiritual”. Por ello, hay que “dar la oportunidad” a los jóvenes, y a todas las personas que lo pidan, de sentirse acompañados. D. Ángel recuerda que la espiritualidad salesiana “favorece una visión unitaria de la vida” y habla de la necesidad de “testimoniar la alegría con la que se vive”. Es la lógica del “ven y ve”, que conduce a la fascinación por el encuentro con Jesucristo. Y en este proceso de acompañamiento, también destaca el espíritu comunitario de los ambientes salesianos.
El Rector Mayor concluye su comentario con unas sugerencias sobre lo que nos diría hoy la samaritana tras su trascendental encuentro con Jesús, e invita a vivir la propuesta del Aguinaldo 2018 con la mediación de María Auxiliadora: “Nos invita a preguntarnos acerca de nuestra fe, nuestro ‘abandonarnos’ en el Dios que siempre es novedad de vida, y dejarnos llevar por el Espíritu”.