Portada del libro, obra de Óscar Dueñas y Encarna Guillén.

Ayer, día de Don Bosco, fue la presentación del libro «Testigos del Perdón. Rasgos históricos del Centro San Juan Bosco de Antiguos Alumnos Salesianos de Pozoblanco (1930-1936)», escrito por Manuel Rubio Vaquero, SDB, una obra mayúscula dedicada a todos aquellos que con fe inquebrantable e ilusión denodada  comenzaron o se unieron en el camino y se han mantenido fieles al carisma salesiano en el CENTRO SAN JUAN BOSCO DE ANTIGUOS ALUMNOS SALESIANOS DE POZOBLANCO, y que documenta una parte importante, esencial, diría yo, de la vida social -esto es, cultural- del Pozoblanco del siglo XX.

La monumental, enciclopédica obra de Manuel Rubio Vaquero -casi 700 páginas tratadas con apasionado y extraordinario rigor y un respeto devocional por la verdad-, pese a su grandiosidad, deja una pregunta de alcance aún mayor que para ser respondida requiere otro trabajo titánico: ¿Cuál es el verdadero alcance de la influencia de la Obra Salesiana no sólo en Pozoblanco sino en Los Pedroches?

Antonio Jimeno Márquez.