Quienes pensaron que este artículo salió con retraso NO ENTENDIERON NADA DE NADA. Es cierto que ayer fue el Día Mundial del Síndrome de Down. Pero no es menos cierto que no tiene sentido esta celebración, que se quedan en nada tantos mensajes hermosos que ayer disfrutamos SI NO VIVIMOS DE VERDAD este DÍA DEL SÍNDROME DE DOWN a partir de hoy, ya, cada día… ¿Y SI TODOS LOS DÍAS SON EL DÍA?
En el año 2011 la Asamblea General de las Naciones Unidas decidió que el día 21 de marzo se conmemore el Día Mundial del Síndrome de Down para generar mayor conciencia pública a favor de las personas que tienen la alteración que triplica el cromosoma número 21.
Asimismo, la conmemoración es para recordar “la dignidad inherente, la valía y las valiosas contribuciones de las personas con discapacidad intelectual como promotores del bienestar y de la diversidad de sus comunidades”. En este sentido, el jueves 21/03 el Papa Francisco recordó a través de su cuenta en Twitter a estas personas: «Hoy recordamos a las personas con #SíndromedeDown, para que, ya desde el vientre materno, sean acogidas, apreciadas y no sean nunca descartadas«.
Sin embargo, la realidad es otra… Si se detecta o se sospecha durante el embarazo que el feto tiene síndrome de Down es razón suficiente para que la madre aborte, ya que está dentro del supuesto considerado como “malformación fetal”. Muestra de ello es que el 100% de los niños diagnosticados con este síndrome en Islandia son abortados. Lo mismo sucede con el 90% de los diagnosticados en España y cerca del 80% en Estados Unidos.
Este síndrome fue descubierto por el investigador John Langdon Down en el año 1866, aunque no supo las causas que lo provocaban. En 1958, el investigador Jérôme Lejeune individuó que se trataba de una alteración cromosómica. Su principal consecuencia es la discapacidad cognitiva, aunque se ha demostrado que con una estimulación temprana ésta puede reducirse de manera significativa.
Lejeune estuvo nominado para el Premio Nobel, pero su candidatura no salió adelante por su postura a favor de la vida y en contra del aborto de los niños con esta alteración genética. Este científico francés fue nombrado por el Papa Juan Pablo II miembro de la Pontificia Academia para la Vida del Vaticano. Jérôme Lejeune falleció en 1994 y actualmente se encuentra en proceso de beatificación.
La Fundación Jérôme Lejeune se dedica a la investigación, la formación, la atención y la sensibilización ante el síndrome de Down, y ha publicado con motivo de este Día Internacional un vídeo en el que recuerda que “un diagnóstico no puede ser una sentencia de muerte”.