Allá por el mes de marzo, cinco profesores del colegio Belén, Cristina, Pedro, Dori y Pedro se fueron a Finlandia a realizar un job-shadowing en diferentes escuelas de sus etapas en España: Infantil, Primaria y Secundaria.
Durante su participación en esta movilidad del programa Erasmus+, realizaron una estancia de job shadowing en diferentes escuelas e institutos en Helsinki (Finlandia). Esta experiencia fue muy enriquecedora a nivel profesional, ya que les permitió conocer de cerca el funcionamiento del sistema educativo finlandés, con un enfoque centrado en la autonomía del alumnado, la confianza en el profesorado y el desarrollo de competencias clave como la colaboración o el pensamiento crítico.
Pudieron asistir a diferentes clases y reuniones con docentes de distintas áreas, lo cual les permitió observar metodologías innovadoras y un ambiente de aprendizaje muy relajado y respetuoso. Les llamó bastante la atención la importancia que se da al bienestar emocional del alumno y a la flexibilidad curricular, lo que permite un mayor grado de personalización del aprendizaje.
También les sorprendió la flexibilidad y complejidad de los horarios. Cada aula tenía un número de alumnos muy variable: desde grupos reducidos de 10 hasta clases más numerosas de 25 o 30 estudiantes, dependiendo de la asignatura y el espacio disponible. Además, los niños tienen horarios de entrada y salida diferentes, lo que facilita la gestión de los espacios y recursos. El currículo escolar incluía asignaturas poco habituales en otros países, como cocina o ganchillo. Estas actividades no solo fomentan la creatividad y las habilidades manuales, sino que también integran el aprendizaje de manera práctica y divertida. Además, es de destacar la autonomía y organización de los alumnos siendo tan pequeños. Los niños se movían rápidamente entre clases y actividades. El ambiente era tranquilo y los estudiantes estaban acostumbrados a gestionar sus propios materiales y tareas. El colegio contaba con una cantidad y calidad de recursos extraordinaria. Las aulas eran grandes y luminosas, y muchas contaban con paredes móviles que permitían adaptar los espacios según las necesidades del momento. Esto facilitaba el trabajo colaborativo y el desarrollo de proyectos interdisciplinares. Otro aspecto que les resultó especialmente curioso fue ver a los niños asistir a clase descalzos, dejando sus zapatos en un gran hall a la entrada del colegio. Esta práctica, habitual en Finlandia, contribuye a mantener los espacios limpios y crea un ambiente más acogedor y relajado.
No obstante, también identificaron algunos aspectos mejorables. Uno de ellos fue la falta de coherencia metodológica entre docentes, ya que cada profesor tenía una forma de enseñar muy diferente, sin apenas coordinación ni enfoque común. Además, observaron que la evaluación no tenía un peso claro ni un seguimiento sistemático, lo que podía generar cierta desorientación en el alumnado respecto a sus progresos. Otro aspecto fue el uso libre de dispositivos móviles en el aula, muchas veces sin una supervisión clara ni fines educativos definidos. Esto, en algunos casos, interfería con la atención y la concentración del alumnado durante las clases.
A pesar de estos desafíos, la experiencia les ofreció una valiosa oportunidad de contraste, reflexión e inspiración. Pudiendo incorporar a su práctica docente muchas ideas relacionadas con el respeto al ritmo individual del alumno, el diseño de espacios flexibles y el fomento de la autonomía personal.
Este viaje ha sido una oportunidad única para crecer tanto profesional como personalmente. Compartir esta aventura con otros compañeros de Erasmus del colegio les ha permitido aprender juntos, intercambiar ideas y vivir momentos muy divertidos con muchas anécdotas en un país tan diferente al nuestro.
¡ERASMUS + una gran oportunidad y experiencia que a todo docente debería realizar!
