MAÑANA VIERNES CASTAÑADA EN NUESTRA CASA
COMUNICACIÓN /¡Vive una tarde de viernes en Salesianos! Mañana te esperamos en el Colegio Salesiano de Pozoblanco para compartir esta actividad especial: El Milagro de las Castañas A las 17:30 h y hasta las 19:30 horas ven a disfrutar de una tarde llena de diversión....
FESTIVIDAD NTRA. SRA. DE LA AMARGURA 2024
Comunicación/ La Cofradía Perdón y Amargura Pozoblanco celebra este fin de semana la FESTIVIDAD DE NUESTRA SEÑORA DE LA AMARGURA. Os invitamos a participar como familia de los actos y cultos preparados en su honor. Aquí los tienes
CELEBRA TU CUMPLEAÑOS EN EL CENTRO JUVENIL
Comunicación/ ¡Celebra tu cumpleaños en el Centro Juvenil de nuestra Casa! Nos alegra anunciar que podrás seguir celebrando tus cumpleaños en nuestro local del Centro Juvenil. Un espacio seguro, lleno de diversión y buen ambiente para compartir momentos...
La devoción salesiana a María Auxiliadora
Podemos afirmar que Don Bosco ha sido uno de los santos que más grande devoción ha tenido a la Santísima Virgen. Desde la educación de su madre y el sueño que a los 9 años marcó su vida y su vocación, su vida queda marcada por la presencia de María. Comenzó D. Bosco su obra apostólica con un «Avemaría», rezado «con recta intención», junto a un joven-Bartolomé Garelli-, primera piedra juvenil de la Obra salesiana.
En 1862 la Virgen se le apareció en sueños a D. Bosco y le manifestó el deseo de ser honrada con el título de Auxiliadora. La construcción y la inauguración en 1868 del Santuario de María Auxiliadora en Turín supondrá para D. Bosco una experiencia mariana tan fuerte que marcará toda su vida. «María se edificó su casa». «De aquí saldrá mi gloria». «Ella lo ha hecho todo».
La Iglesia de María Auxiliadora de nuestra Casa es un centro de difusión de esta devoción. María Auxiliadora en Pozoblanco es presencia de Dios, garantía de continuidad de la Obra Salesiana y signo de su unidad y sentido. Es el Amor expresado en una Madre que todos los jóvenes que pasan por la Casa llevan, desde que entran en ella, en el corazón. Es la traducción materna del Amor de Dios, que se encarna en el corazón salesiano.
Sin grandes pretensiones -que luego fueron indispensables-, pero con gran sentido práctico y pastoral, Don Bosco buscaba con ahínco «una pequeña iglesia para reunir a los muchachos» (MO 121). La «pequeña iglesia», que pudo montarse en el cobertizo del señor Pinardi, fue «bendecida y consagrada al culto divino el domingo, día 12 de abril de 1846».
Desde aquella circunstancia, que tantas satisfacciones produjo, hasta hoy, toda Obra Salesiana anida inexorablemente su identidad, carisma y misión en una iglesia o capilla en la que, además de gestar la gloria de Dios y de María (Haec est domus mea, inde gloria mea), hace posible expresar la fe «cantando misa, celebrando triduos, novenas y ejercicios espirituales, administrando confirmaciones, la santa comunión y cumpliendo también con el precepto pascual» (MO 125).
La devoción a María Auxiliadora tiene cinco características:
1.- Una devoción popular, “pegada” al pueblo de Dios, a su día a día. María, auxiliadora de nuestras vidas.
2.- Una devoción eclesial, de honda raíz comunitaria, subrayando el carácter comunitario de la fe y del amor al Señor
3.- Una devoción sacramental, unida a la celebración de la Eucaristía y el amor a Jesús Sacramentado
4.- Una devoción juvenil, ya que el joven es siempre el centro de nuestra preocupación y vocación
5.- Una devoción comprometida, que sabe dar pasos de implicación en la promoción de los más necesitados, empezando por los jóvenes más pobres
Recomendaba además Don Bosco: “…cuando alguien se encomiende a María con una novena, tenga presentes estas tres cosas:
1.- No poner ninguna esperanza en los hombres: sólo fe en Dios.
2:- La petición debe apoyarse totalmente en Jesús Sacramentado, fuente de gracia, de bondad y de bendición. Que se apoye también en el poder de María, a la que Dios ha querido glorificar por sobre todas las criaturas de la tierra.
3.- Siempre en todo caso póngase la condición de que se cumpla la voluntad de Dios para el bien del alma de aquel por quien se ruega.”
MISA DIARIA: a las 9:00 y 19:30 hrs. (en horario de invierno). En horario de verano, 9:00 y 20:30
Martes exposición del Santísimo al término de la Eucaristía de 09:00 horas hasta las 14:00 horas y de 18:00 horas a 19:30 horas.
Rezo del Santo Rosario todos los días a las 19:00 horas.
Confesiones 30 minutos antes de cada Eucaristía
DOMINGOS Y FIESTAS: 9:30, 12:00 (Eucaristía de la Familia Salesiana) y 19:30 (20:30 en horario de verano)
LA SANTIDAD SALESIANA, PRESENTE EN LOS MÁRTIRES DE NUESTRA CASA
Cuando en julio de 1936 comenzó la Guerra Civil, los Salesianos llevaban apenas seis años en Pozoblanco. Habían llegado en 1930 para poner en marcha unas escuelas populares y el Oratorio Festivo.
En julio de 1936, la comunidad salesiana de Pozoblanco estaba formada por tres Salesianos: don Antonio do Muiño, Don Baldomero Pagán y don Antonio Sánchez. A éstos, se han unido para el verano dos Salesianos más: son Claudio Sánchez y don Luis Parrondo. Después del 15 de agosto de 1936, Los Salesianos fueron acogidos en casas particulares u hoteles, aunque acabaron en la cárcel. Excepto a don Claudio, a quien dejaron libres a los otros cuatro Salesianos los condenaron.a diversas penas que cumplirán en cárceles y cuarteles republicanos de Totana (Murcia), Valencia y Paterna, hasta su liberación al finalizar la guerra.
Quienes, por desgracia, no verían este final feliz fueron tres cooperadores Salesianos de Pozoblanco: el sacerdote don Antonio Rodríguez Blanco y los seglares dona Teresa Cejudo y Bartolomé Blanco. Son los mártires de la Familia Salesiana de Pozoblanco. Los tres fueron asesinados por ser personas de Iglesia o estar vinculados a ella a través de su militancia en asociaciones católicas. Don Antonio y doña Teresa fueron ejecutados en Pozoblanco y Bartolomé en Jaén. Al primero lo fusilaron el 16 de agosto, un día después de que Pozoblanco hubiera sido recuperado para la República. A doña Teresa la detuvieron en agosto, pero la juzgaron y ejecutaron en el mes de septiembre. El último en morir, en este caso fuera de su pueblo, fue Bartolomé Blanco.
Los restos mortales de Bartolomé y Dña. Teresa se veneran en la Iglesia de San José (Salesianos). El de D. Antonio se encuentra en una fosa común del cementerio. Fueron beatificados, junto a más de 230 mártires españoles, el 11 de marzo de 2001 por Juan Pablo II.
Bartolomé Blanco es el patrón de los jóvenes de la diócesis de Córdoba desde el 7 de diciembre de 2007, por Decreto del Obispo de la Diócesis entonces, D. Juan José Asenjo. Dijo de Bartolomé Blanco que es «modelo e intercesor de todos los jóvenes católicos cordobeses».